La enfermedad del ojo seco y la disfunción de las glándulas de Meibomio (DGM) suelen
ir de la mano, siendo la DGM una causa importante de los síntomas del ojo seco. La
DGM ocurre cuando las glándulas de Meibomio en los párpados, responsables de
secretar aceites que evitan la evaporación de las lágrimas, se bloquean o se obstruyen.
Esta disfunción puede llevar a una inestabilidad en la película lagrimal, lo que resulta
en sequedad ocular, irritación, visión borrosa y malestar. La DGM es común en
personas expuestas a entornos secos, alto tiempo de pantalla o cambios hormonales,
que pueden afectar la producción de aceite de estas glándulas.
Los tratamientos como la radiofrecuencia (RF) y la luz pulsada intensa (IPL) han
mostrado resultados prometedores en el manejo del ojo seco y la DGM.